viernes, 29 de enero de 2016

La vida es juego. ¡Dale al play!

Cuando somos pequeños el juego forma parte indispensable de nuestro tiempo y ocupa gran parte de nuestra vida. Vivíamos con intensidad y sin angustia aventuras que sólo estaban en nuestra cabeza y que eran más ciertas que la misma realidad entendida por todos. Ya que lo cierto en cada uno es lo que reside en su mente.

Sabiendo que mi mente es lo cierto y real en mí, y el juego la estimula positivamente, parece evidente la necesidad de jugar en todo lo que nos sea posible y eso es SIEMPRE.
¿Y cómo hago para convertir mi vida en un juego? Aquí os dejo unos sencillos pasos:

1. Abstráete del YO.
Cogemos distancia de nuestro propio yo y ahora sólo somos el personaje principal del juego. Imaginemos a qué nos gusta jugar y vinculémoslo. Pasamos a ser una tercera persona que mueve y hace jugar al personaje.

2. Visualiza las variantes del juego
Como la mayoría de juegos contamos con conflictos que se nos presentan, “armas”, enemigos, amigos, posibles caminos, sorpresas, bonificaciones y diferentes “vidas”, incluso podemos cambiar de personaje…

3. Lo divertido es jugar (vivir)
Lo importante es disfrutar jugando y aprender de los errores. Vívelo todo como un juego en que se aprende para que la próxima partida llegues más lejos.

4. Diseña una estrategia
Sabiendo todo lo anterior vamos a pensar qué estrategia usar para pasar/superar el juego o al menos llegar lo más lejos posible.

5. Insiste
Es difícil ganar un juego la primera vez que lo pruebas y la manera de superarlo es practicando. Seguro que cada vez eres un competidor mejor.

6. Céntrate en los logros
Piensa en lo bueno que has sido en los logros jugando y que aún quedan muchas victorias que celebrar.

7. Dibújate ganador
Imagínate en la última pantalla recogiendo el premio o “salvando a la princesa” y lucha por ello.

Juega, juega y juega. De esta manera te sentirás más fuerte anímicamente, disfrutarás de todo, incluso de las derrotas y desearás encontrar nuevos retos que enfrentarte.

¡QUÉ EMPIECE LA PARTIDA!




Ahora decido ser un gato y tengo 7 vidas.









martes, 11 de agosto de 2015

NO pienses en un perro azul

Cambia de diccionario para cambiar tu vida

En multitud de ocasiones complicadas en que hemos precisado ayuda, fuerza o soporte, hemos tenido la suerte de contar con personas que nos aman y que nos han intentado brindar su comprensión a fin de que mejoremos, pero… ¿por qué después de que nos hablaran, no solamente no nos hemos sentido mejor, sino que nuestro estado de ánimo ha decaído aún más? Puede que la respuesta esté en las palabras que han usado.

Imaginaros que habéis perdido el trabajo y vuestro amigo os dice frases como:
-         No pienses en ello.
-         No era el trabajo de tu vida.
-         El ambiente de trabajo no era el deseado.
-         Con tu jefe te llevabas mal.
-         Trabajabas demasiadas horas.
-         Cobrabas un salario justito.
-         No te deprimas.
-         No llores.
-        

¿Qué ha pasado? Nos han hundido en la miseria, por tres sencillas razones:
- Nos falta decirle lo que tiene que hacer (futuro) de forma positiva.
- Nos centramos en aspectos negativos y del pasado inmediato, fomentando la depresión del momento. 
- Le machacamos con mensajes NO al cerebro. Nuestro cerebro no es capaz de transformar los mensajes NO, por lo que si le decimos a alguien que no piense en un perro azul, difícilmente lo conseguirá, ¿o no es verdad? :P Por lo que eliminamos los NO de nuestro vocabulario.

Seguramente nos hubieran ayudado más frases como:
-         Estas muy preparado para futuros trabajos.
-         Es una oportunidad para mejorar tus condiciones.
-         Te ayudará crecer.
-         Aprenderás a ser más fuerte.
-         Sonríe y enfréntate.
-         Me tienes a tu lado para lo que necesites.
-         Se abre un mundo nuevo ante ti.
-         Confío en que el cambio será bueno.
-        

¡Qué bien poder ayudar más a nuestros amigos! Y ahora viene la parte más divertida: aplicar este cambio en nuestra forma de pensar, si si, lo habéis oído bien, podemos elegir cómo pensamos, más concretamente qué palabras usaremos en nuestro día a día. Evidentemente necesitaremos reeducarnos y para ello os propongo ejercicios prácticos:

- Escribir 3 frases positivas, reconfortables y mirando un futuro bonito en una libreta antes de ir a dormir. 
- Cuando hablemos y nos demos cuenta que hemos usado palabras o frases mejorables, volver a repetir la frase transformándola de modo que nos dé fuerza y positivismo (de un “no te rindas” a un “¡lucha!”).
- Cambiar el "pero" por "y". ¡Se trata de sumar!
- Si miramos el pasado nos fijaremos solamente en los logros conseguidos.
- Si tenemos un reto imaginaremos, escribiremos e incluso dibujaremos cómo nosvamos a sentir cuando lo logremos.

¿No te lo crees? Pruébate una semana a ver qué pasa y me cuentas...


Soy un egocéntrico. Me gusta cuando dicen que no piensan en mi.

miércoles, 31 de diciembre de 2014

La primera información vale su peso en oro

La primera información que recibimos sobre alguien o algo predispondrá al sujeto receptor posteriormente.

Por esta razón debemos jugar con este conocimiento y no menospreciar detalles tan valiosos como este que nos pueden costar un puesto de trabajo, una venta o una relación personal.

Pensaremos, entonces, en qué orden vamos a presentar la información sin obviar ningún dato, teniendo en cuenta el objetivo final.

¿Creéis que es lo mismo presentar la información de las siguientes formas?

-         La casa es hermosa, acogedora, cálida, pequeña, vieja y humilde.
-         La casa es vieja, pequeña, humilde, hermosa, cálida y acogedora.


De igual forma pasa cuando un alumno empieza a responder correctamente las primeras preguntas de un examen, la percepción del profesor es que el alumno es más inteligente que si lo hiciera contestando mejor las últimas. La predisposición en la corrección se puede ver influenciada notablemente.



No sé si parece lo que es o es lo que parece.





jueves, 25 de diciembre de 2014

¿Por qué somos conformistas?

El conformismo se da cuando tenemos un cambio de pensamiento o de actitud a causa de percibir o sentir la presión de otras personas.

Factores que influyen en nuestro conformismo:
  • Confianza en la propia opinión inicial.
  • Aprecio hacia las otras personas que ejercen la presión (la presión puede ser real o imaginada).
  • Consideración del experto. ¿quién considera que es el experto? ¿él o los demás?
  • Carácter general de la persona. Si es una persona que suele tener una actitud más firme o vacilante.
  • Consecuencias negativas sobre el inconformismo.
  • Recompensas específicas por el conformismo.
  • Querer ser bien considerado por los demás.
  • El sentido de pertenencia a un grupo.
  • El nivel de privacidad. Como más privada sea nuestra elección más inconformistas solemos ser.
  • Presencia de una o varias personas inconformistas en el grupo.
  • Autoridad del influyente.
  • La uniformidad del otro. Cómo va vestida la otra persona, y más cuando es un desconocido, influencia en nuestro conformismo.
  • La observación que hacemos a los demás. Imitación de conducta sobretodo en situaciones que no controlamos o que son ambiguas.

A partir de la influencia social ejercida sobre el sujeto podríamos distinguir tres tipos de respuesta dentro del conformismo:
  • Sumisión. Conducta de una persona para obtener una recompensa o evitar un castigo.
  • Identificación. Deseo de la persona para parecerse a quién le influye.
  • Interiorización. Creencia duradera, fidedigna e interiorizada del sujeto ante la influencia social.

Cuando vi que todos eran inconformistas decidí serlo yo también.



domingo, 30 de noviembre de 2014

El recurso pedagógico efectivo



Para que el recurso pedagógico sea efectivo contemplaremos:


- La finalidad y objetivo/s del recurso. Deben ser pocos, realistas y medibles.

- Quién lo va a llevar a cabo. Competencias y motivaciones del educador.

- Confianza de la comunidad educativa inmediata. El recurso pedagógico debe ser aprobado por el personal educativo que de forma directa o indirecta se pueda ver afectada respetando la política educativa del centro.

- A quién va dirigido. Perfil de educando o grupo de educandos.

- De cuánto tiempo disponemos.

- Los recursos materiales (incluyendo estructura) y humanos de los que disponemos.

- Cómo lo vamos a presentar y desarrollar. Lo haremos de forma atractiva y clara potenciando la participación y creatividad de todos los implicados.

- Evaluación continua. Se recomienda hacer una evaluación desde inicio a fin por parte de todos los usuarios del recurso para poder adaptarlo durante el desarrollo o bien mejorarlo para ocasiones futuras.




Mis alumnos empezaron a aprender cuando comprendí que me tenía que callar.


domingo, 17 de agosto de 2014

Ciudadano educador: libertad para educar a los otros

Son innumerables las veces que nos gustaría dar un toque de atención a un niño/a que no se comporta adecuadamente en un entorno ya sea público o privado, y no lo hacemos por miedo al reproche o reacción de los padres.

Es cierto que en la educación moderna se estila que el niño tenga más margen en sus acciones, pero sin olvidar lo importante de que éste conozca sus límites y que éstos puedan venir impuestos de un adulto que no necesariamente sea su padre, madre o tutor legal.

Enfrontémonos por favor a este miedo y cojamos el rol de educadores que nos pertenece como ciudadanos del mundo, no miremos a otro lado, seamos disciplinados y eduquemos a los niños que lo precisen en el momento adecuado, no deleguemos todo a los padres, y si hace falta eduquémoslos a ellos también.

Atendiendo a nuestro deber olvidado de ciudadano educador conseguiremos que los niños respeten más a los demás, conozcan sus límites, mejoren su empatía, se sientan parte de la ciudadanía, disminuyan los conflictos y de paso educamos a los padres haciéndolos ver que sus hijos no son sólo de ellos y que forman parte de un conjunto a respetar.

Tenemos que pensar también en acciones que aplaudan la buena labor de los padres, felicitando a los niños en comportamientos extraordinarios o incluso fortaleciendo verbalmente en situaciones que un padre transmita disciplina a su hijo o juegue acaloradamente con él.




Me regañó por no regañar a su hijo.

sábado, 16 de agosto de 2014

El mejor profesor adjunto para los niños: una mascota

Elegir tener o no una mascota doméstica y común a nuestro cuidado genera dudas por la responsabilidad que eso implica y aún más cuando hay niños en casa. No obstante, la repercusión positiva que tendrá la mascota sobre el desarrollo físico, cognitivo, social y de la personalidad del niño deberían inclinar la balanza hacia un claro SI:

-         Evita la vida sedentaria al jugar o pasear a la mascota.
-         Posibilita la socialización al presentar la mascota a otros humanos.
-         Aumenta sensación de seguridad y compañía en ausencia de los padres.
-         Fomenta la comunicación familiar al tener temas y responsabilidades comunes.
-         Mejora la resolución de conflictos al usar comportamientos mascota como ejemplos.
-         Aumenta sentido responsabilidad al adquirir rol de educadores y mejoran la empatía con los padres o tutores.
-         Promueve la planificación, organización y la disciplina.
-         Aprende otras formas de comunicación a parte de la verbal.
-         Desarrolla la intuición.
-         Comprende las razones de tener límites.
-         Fortalece la superación de celos frente a nuevos hermanos.
-         Se educa en enseñanzas naturales como el nacimiento, el desarrollo, el parto, la enfermedad, el dolor, la sexualidad o la muerte.
-         Aprende a cuidar y respetar.
-         Se sienten siempre queridos y aceptados.
-         Fortalece la unión con la naturaleza.
-         Autoconocimiento gracias a la confianza mutua con la mascota.
-         Mejora habilidades psicomotrices al jugar con la mascota.
-         Aumenta las ganas de aprender sobre temas que les motivan.
-         Mejora estado de ánimo al aumentar los niveles de serotonina y dopamina.
-         Aminora la ansiedad.


Después de conocer todos estos argumentos sólo queda elegir la mascota adecuada para la familia y el niño destinatario. 


- Empecé a quererme cuando aprendí a acariciarte.