lunes, 30 de junio de 2014

Sonríe sacando lo mejor de ti y de los demás



Cuando vemos una persona sonriendo nos transmite felicidad y positivismo, y ¿quién no quiere rodearse de personas así? 

Si sonreímos tenemos muchas más posibilidades de ser y hacer feliz que si no lo hacemos. Es sabio preguntarse que cómo vamos a sonreír si un día me siento triste. La respuesta es tan sencilla como efectiva: forzando un poco los músculos del rostro.

Sonreír y sentirse feliz van muy ligados y es difícil desvincular uno del otro. Ahora bien, hay dos caminos para lograr este entendimiento. El primer camino y que todos conocemos es cuando nos ha sucedido algo bueno o hemos conseguido un logro y la sonrisa sale automáticamente. Pero ¿y si hacemos el camino a la inversa? El día que parece que nada sale bien es el día que más vamos a sonreír para empezar a darle la vuelta a la situación. El concepto es fácil, si me borro la tristeza de mi rostro desbloqueo la tristeza de mi cabeza. ¿No os lo creéis? Probad!!

Y claro que existe lo que decimos vulgarmente la sonrisa falsa, de hecho, será lo primero que os salga cuando empecéis este proceso de sonreír cuando menos os apetece. Pero tranquilos, iréis mejorando y al final sonreiréis porque estaréis convencidos que es la mejor opción.

A más hay innumerables beneficios y argumentos para sonreír continuamente: transmitir mejor las ideas, mejorar el sistema inmunitario, educar más eficazmente, vender más y mejor, mejorar vínculos con los que te rodean, hacer feliz a los demás, ganar confianza en uno mismo, sacar lo mejor de tus equipos...


 





Me levanté tan triste que decidí dibujar mi mejor sonrisa.