sábado, 5 de julio de 2014

Desvitimízame para evitar el maltrato y la exclusión futura

El maltrato entre las personas, ya sea físico y/o psíquico está a la orden del día y parece que la sociedad, por fin, está concienciada de la gravedad de ello y sabemos que debemos actuar.

La mayoría de veces que hay una persona maltratada, ya sea un menor en el colegio, una mujer por su marido, una madre por su hijo o cualquier por cualquiera solemos trabajar o castigar al agresor/a. Y desde hace relativamente poco las personas que conocemos y vivimos de cerca un maltrato nos sentimos en parte responsables y sabemos que debemos actuar denunciando tal situación. Pero nos olvidamos de un aspecto imprescindible para que la persona maltratada tenga menos posibilidades de volverlo a ser: tenemos que darle las herramientas y habilidades sociales necesarias para evitar o superar situaciones que no sean las deseables similares a las ya vividas para así desvictimizar a la persona.

Hay demasiados casos en que un niño al que le cuesta relacionarse en la escuela no tenga problemas similares en otros contextos que no sea el estrictamente familiar. Y es por eso que no nos podemos quedar sólo con trabajar con el agresor o compañeros, sino que debemos ir un paso más.

Una vez sabemos que nuestro trabajo se expande a la víctima tenemos que trabajar de forma acertada partiendo de la máxima información que tengamos de ella y de las situaciones que vive. Analizaremos cómo reacciona o actúa en según que momento o cómo es su forma normal de hacerlo y vamos a procurar, sobretodo e inicialmente reforzar su autoestima, ya que es muy probable que sea uno de los aspectos claves.

Cada víctima es un mundo y hay que trabajar de forma individual. Pero algunos aspectos generales o consejos para iniciar la ayuda son:
           
-          Reforzamos su autoestima.
-          Somos positivos.
-          Hacemos escucha activa.
-          Ayudamos a enfrentarse a las situaciones sin huir.
-          Le enseñamos a escuchar y empatizar.
-          Trabajamos su comunicación verbal y corporal
-          Observamos su aspecto e higiene.
-          Proponer juegos, trabajos y/o deportes en equipo.
-          Haremos observación de todo lo que pueda ser de ayuda para trabajarlo:
o       Si saluda y despide
o       Si se preocupa por los otros
o       Si sabe hacer cumplidos.
o       Si sabe decir que no.
o       Si sabe aceptar una negativa
o       Cómo resuelve un problema
o       Cómo conoce a nuevas personas (iguales y mayores)
o       Cómo se presenta
o       Cómo es su contacto físico con los demás
o       En qué momentos sonríe
o       Cuándo mira a los ojos
o       Cómo camina.
o       Como se relaciona en el juego en grupo
o       Cuándo toma iniciativas
o      


Conociendo la víctima, teniendo ganas, sabiendo hacer y paciencia, evitaremos posibles maltratos o exclusiones futuras, aumentando la seguridad física y mental de la persona ayudada.




- Aprendí a mirar enfrente y ya nadie se me enfrentó.



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